Dicen que no comía
nomás se le iba en puro llorar,
dicen que no dormía
nomás se le iba en puro tomar.
Cuentan que el mismo Cielo
se estremecía al oír su llanto,
cómo lloró por ella
que hasta en su muerte la fue llamando.
¡Ay, ay, ay, ay! lloraba,
¡Ay, ay, ay, ay! reía,
¡Ay, ay, ay, ay! cantaba,
de pasión mortal moría.
Que una paloma triste
muy de mañana le iba a cantar,
a su casita sola
con sus puertitas de par en par.
Cuentan que esa paloma
no es otra cosa más que su alma,
que todavía la espera
a que regrese la desdichada.
Cu-cu-rru-cu-cú, paloma,
cu-cu rru-cu-cú, no llores,
las piedras jamás, paloma,
que van a saber de amores.
Cu-cu-rru-cu-cú.
Cu-cu-rru-cu-cú.
Cu-cu-rru-cu-cú.
Paloma ya no le llores.
CU-CU-RRU-CU-CÚ, PALOMA.-(Tomás Méndez)
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Tomás Méndez
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